A pesar de que el monopolio de la comunicación digital parezca sugerir lo contrario, el cartel impreso que —desde una pared o una marquesina— nos invita a disfrutar de un concierto sigue siendo una solución de comunicación tan viva como eficaz, además de un reto apasionante para las personas que diseñamos e ilustramos.
Trabajar para BilbaoSinfonietta nos ha dado la oportunidad de replantear nuestra faceta cartelista, para ofrecer soluciones a veces con un carácter conceptual y otras más abstracto, pero siempre con la libertad que inspira la música poderosa.